Portada Webs Utiles Web Apps: qué son y qué tipos hay
Las Web Apps o aplicaciones web son cada vez más populares y están al alcance de cualquiera. Es más que probable que hayas o estés utilizado una Web App en tu día a día, aunque no sepas que se trata de una Web App.
Si tienes un móvil ya sabes lo que es una App, son todos esos iconos que tienes en la pantalla (por si acaso), y también sabes que es una Web, así que si juntamos los dos términos podemos entender que se trata de aplicaciones que se ejecutan en el navegador web.
Cuando usas un navegador para acceder a una web, verás todas la información que te ofrece, enlaces, formularios y demás elementos. Eso sería una web clásica, con una interactividad más bien escasa, aunque perfecta para mostrar información.
Pero los tiempos cambien deprisa y la tecnología aun más, ahora es posible usar el navegador web para hacer muchas más cosas que mostrar información, enlaces, vídeos, imágenes, etc…
Gracias a esto los desarrolladores pueden crear aplicaciones en JavaScript o HTML y cargarlas desde su propio servidor, como si de un sitio web se tratara, pero siendo una especie de híbrido entre lo dos mundos.
Por este motivo las Web Apps son más cada vez más populares y las puedes encontrar en cualquier sitio web al que accedas, aunque repetimos, no seamos conscientes de esto.
¿Has entrado a Google Maps desde el navegador hace poco? Pues ya has usado una Web App y como este ejemplo, podrás encontrar muchos más en tu día a día.
¿Por qué alguien haría una Web App en lugar de hacer una App directamente?
Pues precisamente, esa es una de las razones, para no tener que hacer una App.
Cuando un desarrollador tiene que crear una App, no tiene que programar sólo una App, necesita hacer una versión para Android, otra versión para iOS y si pasamos al escritorio, otra para Windows, otra para macOS y otra para Linux.
Esto es así si quiere que cualquiera pueda usar su aplicación, use el dispositivo que use o el sistema operativo que use, por lo que el trabajo se puede multiplicar por 5 en el peor de los casos.
Cuando se usa el navegador web como soporte, el desarrollador se olvida de todo esto, sólo tiene que hacer una aplicación compatible con los navegadores modernos, los cuales usan tecnologías que le permiten hacer muchas cosas que hace unos años no podían.
Hoy en día todos los navegadores actuales son compatible con estas tecnologías, como HTML5, CSS3 o JavaScript, así que el programador puede aprovechar esto para crear su Web App.
Además, otra ventaja que tienen las Web Apps, es que no tiene que instalarse en ningún dispositivo ni ordenador.
Cualquiera que acceda desde su navegador web, podrá usar la Web App, así de sencillo y así de fácil, independientemente de si entra desde un dispositivo móvil, como si entra desde un PC, ya que el navegador se adapta a todas las resoluciones de pantalla.
Esto significa que las Web Apps no ocupan espacio en ningún dispositivo y los recursos que consume son los mismos que consume un navegador web o puede que un poco más, pero no como lo podría hacer una App nativa.
Pero no todo son ventajas en las Web Apps, como todo en la vida, tiene su parte buena y su parte mala.
La peor es, precisamente, que no se trata de una App nativa, la cual ha sido diseñada específicamente para un sistema operativo en concreto.
Esto significa que, en el caso de un smartphone, no podrá aprovechar toda el hardware que incorporan los teléfonos móviles actuales.
Por ejemplo, el acceso a la cámara de fotos o a la geolocalización, aunque cada vez se nota menos en este aspecto y las Web Apps cada vez tienen menos restricciones.
Pero no podrán compararse con una App nativa, en la que todo su código ha sido diseñado exprofeso para un sistema en concreto e incluso a veces, para un dispositivo en concreto.
Otra desventaja de las Web Apps es que no pueden descargarse la tienda de aplicaciones.
Ya sabes que si usas Android o iOS (iPhone) tienes una tienda de Apps desde la que puedes buscar e instalar todo tipo de Apps y para todo lo que necesites.
Esto, además de ser una ventaja para el usuario a la hora de buscar la aplicación que necesita, es un problema de visualización de la aplicación.
El usuario necesita conocer la URL de la Web App para poder acceder a ella y eso es un problema para la promoción de la App, si es que se trata de una aplicación a la que se le quiere sacar un rendimiento económico.
Otro problema es que tiene las Web Apps es que necesitan, sí o sí, una conexión a Internet, de lo contrario no es posible que funcionen.
Existen distintos tipos de Web Apps, pero básicamente encontrarás de 2 tipos:
La mayoría de las aplicaciones que encontrarás hoy en día serán de PWA, aunque se les sigan llamando Web App coloquialmente.
Las Progressive Web App son una evolución de las Web App, pero cuentan con una ventaja muy importante respecto a las aplicaciones web «clásicas» y es que pueden interactuar con el hardware del dispositivo.
Esto significa que, por ejemplo, la Web App de Google Maps puede utilizar la geolocalización desde el propio navegador web, de la misma forma que lo haría, más o menos, la App nativa.
Esto es sólo un ejemplo, piensa también en la cámara de fotos de tu teléfono móvil, su sistema de notificaciones, integración con otras Apps nativas….
Además, tiene la posibilidad de poder ser descargadas y utilizarse sin conexión a Internet, como lo haría una App nativa instalada en el dispositivo.
Por supuesto, existen diferencias entre la PWA y las Apps nativas, ya que al fin de al cabo, sigue siendo una aplicación web.
Por ejemplo, las PWA no las encontrarás en ninguna tienda de apps de ninguna compañía y su uso del hardware del dispositivo será limitado, aunque en este último punto cada vez las limitaciones son menores y la barrera es entre Progessive Web Apps y Apps nativas, es cada vez más difusa.
Si quieres aprovechar al máximo todas las características de una App, quizás te interese más descargar la opción creada a propósito para el sistema que use tu dispositivo.
Pero en otras ocasiones es posible que prefieras usar una Web App progresiva en lugar de instalar algo en tus dispositivo.